Testimonio de Jossé Avila


Hola mi nombre es Jossé Avila, tengo 27 años, soy de la ciudad de bahía de caraquez, pero actualmente resido en Guayaquil. Mi familia está conformada por 5 increíbles personas y además de mis mascotas. Soy de profesión diseñador gráfico y Pastor de Jóvenes en Iglesia de Dios “Casa de Oración”, hago muchas cosas, pero ese no es el fin de este blog, así que no diré más, visiten mis páginas.

 

Desde muy pequeño fui muy atento, respetuoso, e inteligente según el testimonio de mis padres. Siendo capaz de poder afrontar cosas que algunos niños no lo podrían hacer. De alguna manera Dios encamino mi vida a sus propósitos.

 

Nací en una familia de escasos recursos, mis padres siendo aún jóvenes tomaron la decisión de tenerme en sus vidas, pero como todos los niños que son traídos en circunstancias económicas adversas algo ocurrió en mi pequeña vida.

 

Me diagnosticaron asma una enfermedad que agravaría mi salud siendo un bebe, mis papás decidieron vivir en el sur de Guayaquil en casa de mis abuelos, unos seres humanos muy hermosos y nobles, ellos nos acogieron en su residencia compartida con varias personas que conformaban mis parientes.

 

Mi papá de alguna u otra manera trataba de hacerle frente a esta gran responsabilidad de ser padre junto a mi mamá pero ocurrió algo inesperado, un día me encontraba enfermo a raíz del asma, pero tras la situación que en varias veces se habían repetido, en esta ocasión se saldría de sus manos.

 

Caí gravemente, mis papás me llevaron de hospital en hospital, dándoles por resultado, algo que ningún padre le gustaría escuchar, señora: “Su hijos esta grave, morirá”. Mis padres no siendo aún creyentes se percataron que la única esperanza que les quedaba era creer en el sano juicio de un Doctor de apellido Ramos que tenía un consultorio cerca de donde vivíamos y aún más con un valor agregado era seguidor de Jesús.

 

Mis padres le contaron la situación, el doctor evidencio la situación y dio su diagnóstico: “Señores su hijo está en manos de Dios únicamente yo no puedo hacer más”  se acercó a mi mamá que estaba devastada y agrego: “Su fe salvara a su hijo”.

 

El Doctor procedió colocándome una inyección el cual muy confiados esperaron que dé el mejor resultado, luego de aquello mis padres evidenciaron mi último suspiro y morí. Tras las lágrimas de la tragedia que duraron minutos, mi cuerpo empezó a dar signos de vida y me fui recuperando de apoco y hoy soy sano de asma.

 

Aunque realmente Dios me salvo de la muerte en tres ocasiones, siempre me pregunte: ¿Por qué aún estoy con vida? Dentro de mi adolescencia y Juventud.

 

La promesa de amor de Dios siempre me cubrió tras bajar en valles de muerte, su gracia inundó las vidas de mis padres para que siendo niño vaya a escuela dominical, más sabiendo después que me apartaría de conocerlo aún más, siempre estuvo alado mío, en momentos hermosos como ver a mi hermano menor volando una cometa conmigo, o ver a nuestra mascota “Nana”, en momentos duros, como cuando mis padres salían a trabajar y me quedaba cuidándole,  viéndoles pelearse por cosas que allí en ese entonces no entendía, o cuando mis dos abuelos quienes me  acogieron siendo niño se despedían de este mundo.

 

Hoy en día podría decir con toda certeza que no hay nada de lo que haga, me pase o viva, que haga que Dios deje de amarme, día tras día su infinito amor me ayuda a conocer la ironía de la vida, a entender el verdadero rostro de este mundo y de una vida alejada de Dios.

 

En noviembre del 2006, me encontré frente a frente con Jesús, fue un momento especial, pude palpar cada palabra que me decían siendo niño, “Jossé, Jesús te ama mucho”, Y actualmente el me ama como nadie y yo aprendo a amarlo por quien es, más no por lo que hace por mí, ya que ha sido mucho y no alcanzarían las palabras para describirlo.

 

Te animo amigo, joven, compañero de vida a que le permitas escribir tu futuro, a que puedas conocer la verdad tras su sacrificio de amor en la cruz y él pueda decirte, “Bienvenido te he estado esperando”. Hoy ya años después él no me ha abandonado y no lo hará contigo, jamás.

 

 

Se despide tu amigo, Jossé Avila.